¡Ups! Lo hemos vuelto a hacer. Hemos vuelto a lanzar unas cuantas rocas gigantes al fondo del mar. No es la primera vez, ni la segunda y, lamentablemente, quizá no pueda ser la última. Desde Greenpeace llevamos ya varios años arrojando grandes moles de granito desde algunos de nuestros barcos para que se hundan hasta el fondo marino. ¿Por qué? Pues porque es una fórmula muy efectiva de blindar de manera inmediata y segura algunas Áreas Marinas Protegidas contra los grandes buques arrastreros. De esta forma, sus redes no pueden arrastrar el lecho marino, arrasando con todo a su paso, ya que se quedarían enganchadas en estas enormes piedras.

Por supuesto, para garantizar la protección de estas zonas y la seguridad, anotamos y comunicamos la ubicación exacta de estos bloques, de manera que los buques sepan dónde están y no puedan superar sus líneas. Aunque en realidad esos barcos de pesca industrial ya no deberían faenar ahí, puesto que hablamos, ya sabes, de Áreas Marinas Protegidas. En esta ocasión, hemos instalado una barrera protectora de 200 kilómetros frente a las costas de Cornualles, en Reino Unido.

Solo en los últimos 18 meses, barcos de pesca industrial han pasado cerca de 19.000 horas pescando dentro de esta área. Nuestra nueva barrera de rocas asegurará que una de las partes más explotadas de esta Área Marina Protegida esté fuera del alcance de la pesca de arrastre de fondo.

Ya habíamos instalado esta protección de rocas naturales en el Área Marina Protegida (AMP) de Dogger Bank en 2020 y en el AMP de Brighton en alta mar en 2021 para cerrar varias zonas de estas áreas protegidas a la pesca de arrastre. Este método de pesca arrasa  los fondos marinos destruyendo hábitats, alterando las grandes reservas de carbono azul y poniendo en peligro la salud a largo plazo de las poblaciones de peces, invertebrados y corales de profundidad, en definitiva, con todo. También pone en peligro a las comunidades pesqueras locales, cuyos métodos de pesca sostenibles no pueden competir con una extracción tan intensa. Nuestras moles naturales de granito natural obstruyen a los arrastreros de fondo, protegiendo efectivamente estas áreas que están oficialmente reconocidas como protegidas, pero que eran explotadas antes de nuestra intervención.

Algunas de las rocas incluyen la ‘firma’ de personalidades que apoyan la acción, como esta con el nombre del actor británico Stephen Fry..

La justicia nos da la razón

Pero, ¿es esto legal? Déjanos contarte un episodio casi divertido. El año pasado, la Organización de Gestión Marina (MMO, por sus siglas en inglés) del gobierno del Reino Unido, dependiente del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, inició un proceso de acusación contra nuestra organización por nuestra acción en Brighton.

Tras varios vaivenes judiciales, el juez concluyó que “roza el absurdo que este litigio esté ocurriendo en absoluto”. El tribunal también añadió que “la Ley de 2009 introducía un régimen de licencias para proteger el medio ambiente marino y Greenpeace también buscaba proteger el medio ambiente marino. ¿Debería el MMO [gubernamental] procesar en nombre de la protección marina las acciones de los acusados ​​[Greenpeace] por tratar de generar conciencia sobre los errores percibidos en el gobierno en relación con la protección marina?”. Es decir, el tribunal consideraba disparatado que el organismo gubernamental que debe proteger los mares nos estuviera persiguiendo precisamente por proteger los mares.

Después de este repaso, el organismo gubernamental que nos acusaba decidió retirar sus acciones judiciales contra Greenpeace y aceptó «que sus recursos estarían mejor dirigidos a asuntos donde el riesgo de daño al medio ambiente puede ser mayor”.

Apoyo de pequeños pescadores

Hablando sobre nuestra campaña, Jerry Percy, director de la Asociación de Pescadores de Menos de 10 (barcos con menos de 10 metros de eslora: actualmente el 78% de la flota del Reino Unido comprende barcos de pesca de 10 metros o menos y solo tiene acceso a menos del 2% de la asignación nacional de cuota) lo expresó así:

“Es bastante simple, la flota costera a pequeña escala, que el gobierno ha jurado proteger, se ve obligada a ver cómo sus medios de vida presentes y futuros son destruidos delante de sus ojos (…) Parece ser que solo Greenpeace ha estado dispuesta a prestar su peso político y práctico en defensa de nuestros pescadores costeros y comunidades”.

Para Greenpeace, este tipo de acciones son ya el último recurso. Preferiríamos que los gobiernos hicieran su trabajo para proteger nuestros océanos. Sin embargo, hemos presentado peticiones con cientos de miles de firmas, respondido a todas las solicitudes de pruebas y consultas, tenido innumerables reuniones con el Gobierno británico… Pero nuestros océanos están en crisis y el Gobierno británico va a la deriva. Por eso hemos decidido tomar medidas de esta manera.