El Año Jubilar Teresiano recién clausurado lo hemos vivido como una gracia del Señor que, inspirados por el testimonio de la Santa, nos ayuda a crecer en la amistad con Cristo y en la vida fraterna. El domingo 11 de noviembre celebramos, como todos los años, el Día de la Iglesia Diocesana, con el lema: "Somos una gran familia contigo". Sí, la Iglesia, nuestra diócesis, es "una familia, una casa de Dios donde habita su familia (LG n.6). Por eso, nuestra relación se fundamenta en la comunión con Cristo y en la vida fraterna, una fraternidad que es fermento del Reino de Dios.
Formar parte de esa familia, la Iglesia, estrecha entre nosotros los lazos fraternos hasta sentirnos corresponsables unos de otros. Tan importante es quien sostiene la Iglesia con su oración e interés por la marcha de la parroquia, como aquel que colabora implicado en la actividad pastoral diaria de la misma, o económicamente.
La Santa alentó en sus fundaciones la vida fraterna y comunitaria: "En esta casa (...) todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar" (C 4, 7). La vida fraterna es un modo de vida que la Iglesia ha adoptado desde su origen, y ha ofrecido a la sociedad de todos los tiempos como un gran tesoro. La respuesta a los conflictos sociales, a las disensiones familiares o de cualquier otro tipo, la encontramos en la vida fraterna, en una vida que comparte todo.
Esta ha sido la forma de vida apostólica con Jesús, la primitiva forma de vida en Jerusalén, las comunidades monásticas, las comunidades cristianas de todos los tiempos. El fundamento de esta unidad es la fe en Cristo cabeza, que realiza la comunión de todos con Él y, por medio de Él, acontece la unión en la Iglesia.
Un cristiano, por medio de su testimonio de vida, y su participación activa en la Iglesia, ayuda a todos a tomar conciencia de que unidos como hermanos tenemos futuro. Esto lo podemos lograr siendo casa y escuela de comunión, por nuestra participación diaria en la acción evangelizadora, misionera, caritativa, celebrativa y pastoral de la Iglesia.
¡Somos una gran familia contigo! Y contigo contamos para seguir trabajando por un mundo más fraterno. ¡Muchas gracias por tu colaboración y participación activa en la vida y en las tareas de la Iglesia diocesana!
+ Jesús, Administrador Apostólico de Ávila
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