En la Adrada, un gran pueblo con un buen alcalde, hay multitud de edificios singulares, antiguos, de otra época, que se desmoronan como una pastilla efervescente en un baso de agua sin que sus propietario hagan nada para evitarlo. El ayuntamiento me imagino no puede intervenir, aunque si creo que regular, este problema, porque dichos edificios son privados.
Hoy el que nos ocupa es la HOSPEDERÍA MARISCAL, que yo desconocía hasta la fecha y el cual es precioso, a pesar de lo que poco que se ve de su fachada porque está parapetado detrás de un muro de bloques de hormigón, que nos enseña el esplendor de esta preciosa villa de La Adrada. Es urgente recuperar todos estos rincones, estos preciosos edificios de una manera sencilla y que la ley permite; la expropiación. Yo soy de los que piensan que no hace falta construir más edificios para las diversos servicios municipales, lo que hay que hacer es recuperar los que ya existen y que están abandonados para los organismo municipales o la utilidad que el consistorio quiera darle.
El magnífico castillo de La Adrada es un buen ejemplo (hay más) de como recuperar historia y darle un uso, en este caso cultural, convirtiéndolo en un faro de cultura en el Valle del Tiétar todos los veranos (y del cual participo).
Se del buen hacer del alcalde en esto de recuperar espacios históricos y lo difícil con los fondos económicos con los que cuentan los ayuntamientos pero el esfuerzo merece la pena.
Trespassos
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