¿Qué pasaría en un sistema energético eficiente y 100% renovable, como el que está pidiendo Greenpeace, cuando no hay ni sol ni viento? Pues, nada.
Nada, porque en un sistema 100% renovable hay un amplio abanico de opciones para superar la variabilidad de algunas tecnologías como la solar fotovoltaica o la eólica.
Sin embargo, gran parte de la resistencia hacia los sistemas 100% renovables parece provenir de la suposición a priori de que un sistema energético basado en el sol y el viento es imposible ya que estas fuentes de energía son variables.
Las personas que se muestran críticas con un sistema energético 100% renovable comparan a menudo a las energías solar y eólica con fuentes energéticas “firmes” como los combustibles fósiles que se pueden encender o apagar cuando se quiere. Sin embargo, no solo Greenpeace sino centenares de otros estudios científicos en todo el mundo (y la propia realidad de países como Costa Rica, Uruguay o, en ocasiones, Portugal) demuestran que el 100% de energías renovables es factible y a costos inferiores que seguir usando combustibles fósiles y energía nuclear.
Si bien es cierto que mantener estable un sistema que cuenta con fuentes que dependen de la meteorología es más complejo, también lo es que se pueden emplear una serie de estrategias que son a menudo ignoradas por las personas que critican los sistemas 100% renovables.
Entre ellas está la posibilidad de aumentar la diversificación de fuentes renovables apelando a aquellas que son más flexibles como la hidráulica, la solar termoeléctrica, la biomasa sostenible o la geotermia. Y diversificar más la ubicación geográfica de las plantas para aprovechar su diferente meteorología. Cuando llueve en el País Vasco puede que haga sol en Extremadura, por ejemplo, y al contrario, cuando no hace mucho viento en el Levante, puede que lo haga en el Norte. También podemos aprovechar el potencial que ofrece la gestión de la demanda de energía para que la usemos cuando más se está produciendo con renovables. Un poco como las personas que tienen autoconsumo y ponen la lavadora o calientan el termo del agua en pleno día para aprovechar al máximo su propia producción solar.
Hay muchas más opciones sobre la mesa, entre otras, la carga y descarga de vehículos eléctricos inteligentes para almacenar energía renovable en sus baterías y devolverla a la red más tarde cuando más se necesita.
Sea como sea, en literatura científica, a diferencia que en las tribunas políticas, ya no se cuestiona si es posible alcanzar un sistema 100% renovable.
Y en todo este debate en Greenpeace podemos decir que hemos contribuido de forma reseñable y pionera. Así lo reconoce recientemente un estudio científico que recoge la contribución única de los estudios y artículos realizados por Greenpeace y el DLR destacando los méritos y la viabilidad de un sistema 100% renovable a nivel europeo y mundial. Por primera vez, el concepto de 100% renovable se hizo accesible a la sociedad más allá de los círculos científicos y, por lo tanto, afirman en el artículo “generó más conciencia entre los responsables políticos”.
Después de décadas, seguimos impulsando objetivos y políticas más ambiciosos para alcanzar sistemas energétios eficientes y 100% renovables. Clave para la lucha contra la crisis climática. Hoy mismo estamos en Málaga, una de las paradas de nuestra ruta por España “Renovables en tus manos ya”. Nos acercamos a las personas con una exposición interactiva y talleres para mostrar qué opciones tienen para abaratar sus facturas energéticas y salvar el clima al mismo tiempo. Y para exigir a los Ayuntamientos compromisos para un sistema eficiente y 100% renovable en su municipio.
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