Desde que el pasado 21 de marzo la ciudad de Ávila amaneciera con la triste noticia del desbordamiento del río Adaja, que provocó la inundación de una importante zona de la ciudad, creo que es el momento de hacer balance y decir las cosas claras.
Han sido bastantes los ciudadanos particulares afectados por este fenómeno meteorológico ante el que los vecinos de la zona, con gran cooperación, hicieron todo lo posible por intentar poner a salvo sus propiedades. Esta zona, por todos los abulenses es conocida como una zona de alto riesgo e inundable, no hace falta que nos recuerde el Sr. Alcalde dónde hemos comprado la vivienda muchos de los que hemos decidido vivir en la ciudad. Una vez que alguien autorizo la construcción de las citadas viviendas y se dieron las correspondientes licencias por parte del Excmo. Ayuntamiento de Ávila (porque todas están legalmente construidas), todos los vecinos pasan a ser ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones que los de cualquier otro punto de la ciudad.
Por lo que hasta ahora todos conocíamos, el Excmo. Ayuntamiento está en la obligación de velar por la protección y seguridad de los ciudadanos sea cual sea su situación, con lo que sobran las declaraciones que el Sr. Alcalde realizó y de las que personalmente en alguna ocasión fui receptora con mensajes como “cómo se os ocurre comprar aquí una vivienda”. Esas viviendas, como ya se ha dicho, están legalmente construidas, y se dio en su momento la oportuna licencia por parte de quien correspondiera, pero esto no salva tampoco al actual equipo de gobierno que supongo será quien ha otorgado la licencia para la obra que se está realizando en la actualidad de varias viviendas adosadas que han sido las más afectadas, ya que su situación en estos momentos es la más crítica.
Creo que desde los organismos oficiales y por parte de la clase política, que es quien tiene más oportunidades de hacer oír su voz, no se está teniendo en cuenta a los ciudadanos, sino su afán recaudatorio de dar licencias, cobrar impuestos, conservar su puesto y después decir si las cosas están mal hechas por los que pasaron anteriormente. Una vez llegados a este punto, lo que tenemos es que tomar las medidas para que esto no siga sucediendo y, ya que la climatología no la podemos controlar, hay que tener de antemano realizadas las oportunas intervenciones para no poner en riesgo a la población.
Esta es una ciudad pequeña en la que todos controlamos y nos vemos afectados por las intervenciones que se realizan a lo largo de la misma, y es por este motivo que de todos es sabido que en varias décadas no se ha realizado ninguna labor de limpieza en el cauce de los ríos, sobre todo en la zona que transcurre a lo largo de la zona urbana, donde más riesgo se concentra.
Con motivo de esto, se me ocurre recapitular al jueves 20 de marzo, día anterior al desbordamiento, cuando fue anunciado por el Excmo. Ayuntamiento en rueda de prensa que se había adjudicado la licitación que textualmente dice:
“Plan Sostenibilidad Turística
En la reunión del órgano de Gobierno municipal se ha adjudicado la ejecución de las obras relativas a la actuación número 1 del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino ‘Una muralla verde’, en el marco del Mecanismo de Recuperación, Transformación y Resiliencia – NextGenerationEU que canaliza la Junta de Castilla y León.
Esta actuación corresponde a la reforestación, adecuación y amabilización de las riberas de los ríos Chico y Adaja, y ha sido adjudicada a la entidad Pino Forestal Ingeniería, en el precio de 738.191,62 euros, IVA incluido.
La intervención, que se desarrollará con un plazo estimado de nueve meses, incluye un plan de gestión del uso público y turístico de las riberas; la implantación de un sistema de alerta de incendios; un plan de recogida de basura dispersa; elaboración e instalación de elementos de interpretación y mobiliario urbano; un plan de reforestación del ecosistema de riberas; la adecuación y amabilización del entorno de las riberas; el diseño e instalación de una zona de avistamiento de aves, y también el diseño e instalación de una zona para la práctica del astroturismo.
Estas actuaciones se enmarcan en el conjunto de intervenciones que incluye el Plan de Sostenibilidad Turística ‘Una muralla verde’, que cuenta con un presupuesto global de 2,7 millones de euros.”
No deja de sorprender que haya un presupuesto y sea dedicado a poner papeleras, bancos y columpios en una zona que no se puede nisiquiera visitar debido a la suciedad que lleva el cauce, que acumula cantidad de basura, bichos y mosquitos. Pero ya lo dice la partida de licitación muy claro “Plan Sostenibilidad Turística” donde debería poner “Plan Seguridad Ciudadana”. El paso del tiempo no nos borra lo que nos enseñaron nuestros antepasados y tenemos muy presente que “con lo guapo no se come”. Espero que esta licitación sea anulada y ese presupuesto se pueda sumar a la partida de limpieza intensa e inmediata que hay que realizar del cauce y que será la que pueda dar un poco de tranquilidad a los vecinos de la zona y ende a todos los abulenses.
La intervención prioritaria es hacer una limpieza y rebaje del cauce que desde hace años lleva recibiendo todas las arenas y suciedad arrastrada por las lluvias y las malas acciones del ser humano que, sin tener en cuenta dónde va a parar toda la basura que vierte, no tiene la precaución de depositarla en los contenedores correspondientes, haciendo que con todo ello los cauces cada vez estén más elevados y sucios, además de haberse llenado de árboles y vegetación que sirven de tapón para la retención del agua.
La respuesta obtenida cuando se pregunta al Consistorio en ocasiones sobre este tema es la excusa de que la Confederación no deja hacer intervenciones (¿y quién autorizó el otro día a las dos máquinas que, arriesgando su integridad física, tuvieron que meterse en un punto del cauce para romper un retén que estaba sujetando el agua?). Creo que, entre unos y otros, gobernantes, políticos y Confederación, se nos está tomando el pelo y ahora un presupuesto de 738.191,62 euros, IVA incluido, será otra inversión que no servirá para nada si no se actúa dando prioridad a la operación de limpieza, profundización y retirada de vegetación del interior del cauce. Los bancos nos sirven para poco si están bajo el agua.
MARÍA LUISA GUTIÉRREZ RUIZ
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