¿Cómo va a funcionar nuestra sanidad pública de ahora en adelante?
Las noticias de la última campaña de fidelización son alarmantes. Muy alarmantes.
En castilla y León se forman médicos en las diferentes especialidades. Las facultades preparan profesionales sanitarios, pero al final resulta que no tenemos médicos aquí.
Médicos sí hay, pero no se quedan en nuestra tierra porque aquí no se les ofrece seguridad en los contratos, estabilidad en los empleos y trato laboral digno. Quieren que se queden cobrando poco, con un contrato de unos meses y siendo mal tratados por la administración autonómica. La sanidad es una competencia gestionada por la Junta
Los estudiantes hacen su trabajo: estudian, aprenden y se especializan. Su expectativa es trabajar en buenas condiciones.
¿Quién es responsable de que haya médicos, haya hospitales, haya atención sanitaria en Castilla y León? Muy sencillo: la Junta de Castilla y León.
Si no tenemos pediatras, si no tenemos traumatólogos, si no tenemos médicos de atención primaria, nos va a ir muy mal. Y la responsabilidad no está en un ente etéreo.
La política consiste en buscar soluciones. Si no se encuentran (mejor, si no se buscan) será por inutilidad, incapacidad o falta de aptitud. Que no valen, vaya.
En Ávila faltan médicos. Se pretendían cubrir 30 plazas; 16 de atención hospitalaria, 12 de atención primaria y 2 de pediatría. ¡Se ha cubierto 1!
Eso indica que se han quedado 29 sin cubrir. 29 médicos que faltan.
Continuamente se anuncia el gran números de bajas que se van a producir por jubilación próximamente.
¿Quién va a atender a nuestros niños, a nuestros enfermos, a nuestros hospitalizados?
Desde Izquierda Unida creemos necesario el que la ciudadanía de Ávila se conciencie de la que se avecina si no cambian las políticas. Y estos señores de Vox y del PP no van a cambiar.
Sería suficiente con que un médico tenga un sueldo digno, un trabajo estable y un reconocimiento a su importantísima función. Pero las pólizas de los seguros privados de salud siguen aumentando. No podemos decir que no consiguen sus objetivos. (Aunque se olviden de los de los abulenses.
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