Ya tenemos cementerio nuevo en Sotillo, después de tantos años esperando. Y viene bien y eso que inaugurar cementerios es algo que a mí no me gustaría sobre todo después de lo que estamos sufriendo con el tema del COVID 19. Y a simple vista parece que es muy completo y cómodo, no para los que allí descansan ya que a ellos les da igual, sino para sus visitantes, ajustado a la cuestión ecológica, que para eso están las nomas la cuales se conocen como sanidad mortuoria. Por que sí queridos lectores hasta para hacer un cementerio hay que ajustarse a las normas, y hasta para los muertos hacen falta cuestiones sanitarias (a los pobres cualquier día les van ha hacer pagar impuestos, al tiempo).
Parece ser que también está proyectado un crematorio que falta hace, para aquellos que deseen quemarse en vez de enterrarse (hay incluso cementerios privados en Madrid que las cenizas de tu ser querido las convierten en un brillante y lo puedes llevar colgado del cuello toda la vida) y así poder hacer con las cenizas de nuestro difunto lo que nos venga en gana y mucho más barato que andar con sus restos para arriba o para abajo.
Lleva razón nuestro alcalde-senador, que "no todos los años, no todas las décadas, no todos los siglos se inaugura un cementerio" y es verdad porque ya hace unos cuantos años, tantos mas que los que tengo, que no hemos visto en Sotillo inaugurar tal cosa.
La buena noticia de la semana es que en Sotillo han caído sesenta mil euros en el sorteo de la primitiva y me viene como anillo al dedo para utilizar el refranero español, tan sabio, tan claro, y decir eso de: "el muerto al hoyo y el vivo al bollo"
¡Por fin tenemos cementerio! y espero ir el último.
TRESPASSOS
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