MEDIO AMBIENTE - GREENPEACE
Imagina que estás de camino al trabajo o paseando tranquilamente y, de repente, ¡te encuentras con un monstruo de plástico de 20 metros! Pues esto mismo se encontraron ayer los trabajadores de Nestlé en su sede global de Vevey en Suiza.
Nestlé ha sido identificada como una de las tres marcas más contaminantes del mundo tanto por la cantidad de plástico que usa cada año, como por la alta frecuencia en la que sus envases se han encontrado en el medioambiente. Solo en 2018, Nestlé produjo 1,7 millones de toneladas de envases de plástico desechable, un 13% más que el año anterior y que equivaldría a más de 300 camiones de basura por día durante ese año.
Para exigir un cambio, activistas de Greenpeace han llevado este monstruo plástico hasta su lugar de origen: la sede de Nestlé. Allí, cada día se toman decisiones para continuar produciendo plásticos desechables que acaban contaminando nuestro planeta. A esta acción en Suiza se han unido además activistas desde Filipinas, Alemania, Kenia, Eslovenia e Italia para exigir a Nestlé que abandone la cultura del usar y tirar y deje de contaminar nuestro planeta.
Es una absoluta irresponsabilidad que Nestlé siga produciendo cientos de miles de millones de artículos de plástico cada año, que se usan durante unos segundos y luego acaban contaminando nuestras vidas, nuestro medioambiente, y hasta nuestra cadena alimentaria durante generaciones.
¿Cómo se puede solucionar este problema? La solución no es sustituir el plástico por otros materiales de un solo uso como papel o compostables, ya que los impactos de la cultura de usar y tirar se desplazarán hasta nuestros bosques y nuestras tierras de cultivo. ¡La verdadera solución es que podamos tener envases reutilizables! ¿Os imagináis poder llegar al supermercado y poder comprar con dispensadores los productos que queramos? Imaginad lo vacía que se quedaría nuestra papelera para envases de plástico.
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