Seguramente sea un bicho raro pero esta mañana temprano, con las primeras luces, entre este hielo invernal que nos martiriza de frio, me he ido, después de una noche de excesos, a mi paseo matutino por la Vía. Y no hay nada igual como ver Sotillo a una cierta altura mientras los unos se recogen después de una noche de fiesta y otros, quizás los menos, duermen esperando el nuevo año. Esta soledad que perciben todos mis poros, este frescor en mi rostro, esta luz mañanera, esta ausencia de ruido artificial me recuerda que insignificantes somos ante tanta belleza, ante tanta grandeza y que crueldad con todo ello. Pero así somos ya que como especie tenemos que doblegar a la naturaleza, a imponer nuestro modelo, a tiranizar a las bestias.
Pero aun hoy pesar del aparente pesimismo sería capaz de escribir el Quijote ante tanta felicidad.
FELIZ 2020
Trespassos
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