viernes, 25 de diciembre de 2020

#OPINIÓN ¿Quién cuidará a quien nos cuida? por Silvia Gambarte, abogada laboralista

 


«En estos tiempos en que el mundo se ha parado por una enfermedad que sigue dejando miles de muertos nos damos cuenta de la importancia de nuestra sanidad pública. Y vemos que es importante cuidar a quienes nos cuidan.


En Madrid, bastión de la degradación de los servicios públicos y capital del dispendio de del dinero de todos, se ha construido por un módico precio de más de 100 millones de euros un “hospital” sin sanitarios, ni quirófanos, que será reutilizado como almacén.

Durante la pandemia, asistimos atónitos a las ruedas de prensa, desde un apartahotel de lujo, de una Presidenta que decidía habilitar un recinto ferial como hospital y mantenía UCIS, plantas de hospitales públicos y centros de atención primaria cerrados. Mientras se malgastaba dinero público, los sanitarios, a falta de Equipos de Protección Individual (EPI), se protegían con bolsas de basura frente a una enfermedad que cubría de negro todo lo que tocaba.

Madrid fue, y sigue siendo, el epicentro del desprecio a la protección de la seguridad y salud de los trabajadores sanitarios y del dispendio de dinero público. Afortunadamente, ni en Euskadi ni en Navarra se realizan esas obras faraónicas de usar y tirar a cargo del contribuyente. Pero no salimos tan bien parados en relación a la protección de los trabajadores. El pasado 1 de julio el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco condenaba a Osakidetza por incumplir la normativa en prevención de riesgos laborales. Aunque nos resulte inverosímil, quedó probado que en relación a las mascarillas y a las batas se daban instrucciones de uso, reutilización y lavado, poniendo en riesgo la salud y seguridad de trabajadores y de pacientes.

Nueve meses después del inicio de la pandemia, vemos que otro de los síntomas del COVID19 fue la amnesia que produjo tanto en empresarios como en administraciones públicas, haciendo que olvidaran el derecho de los trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo. Ese nuevo síntoma hizo que no recordaran el deber de adoptar las medidas necesarias para proteger a los trabajadores proporcionándoles los EPIs adecuados. Les hizo olvidar que en el caso de los agentes biológicos se debía garantizar una vigilancia adecuada y específica de la salud tanto antes de la exposición como cuando sea necesario por haberse detectado en el trabajador una infección o enfermedad que pueda deberse a la exposición al mismo.

Esa amnesia aún persiste, aunque parece que poco a poco, a golpe de sentencia algunos van recuperando la memoria.

Porque si no cuidamos a los quienes nos cuidan ¿Quién nos va a cuidar a nosotros?»

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