Los concejales de Izquierda Unida en la provincia de Ávila, concejales y concejalas de Bercial de Zapardiel, Mingorría, Sotillo de la Adrada, Narros de Saldueña, Navascurial y San Miguel de Serrezuela, quieren manifestar su apoyo y adhesión a la declaración institucional que ayer fue aprobada en la Diputación Provincial manifestando su solidaridad y apoyo a los pueblos y las personas afectadas por el reciente incendio de la Sierra de la Culebra, en Zamora.
La sensibilidad de los y las abulenses hacia los efectos de los incendios es innegable y el recuerdo reciente de nuestra desgracia en la Sierra de las Parameras revive con las noticias que nos han llegado desde Zamora.
Los problemas ocasionados son los mismos, los efectos producidos son similares y los perjuicios medioambientales y económicos pueden ser equiparables.
Pero lo peor es que los afectados sufren las mismas consecuencias y son fruto de las mismas causas.
Dice la declaración institucional sobre las causas comunes: “ … son propias del proceso de cambio climático, junto con toda una serie de condicionantes … que hacen necesarios cambios en todas las administraciones implicadas en la gestión de la política forestal"
Es momento de manifestar solidaridad con nuestros vecinos zamoranos, pero a la vez es momento del despertar de las administraciones de nuestra Comunidad Autónoma.
El primer paso es la eficacia en la ayuda a los afectados.
El segundo es la protección y la restitución de las condiciones medioambientales para la flora y la fauna
Y el tercero es la puesta de “manos a la obra” en la implantación de medidas legales, laborales y administrativas para que no vuelva a suceder en ningún lugar de nuestra tierra una catástrofe similar.
Se lo debemos a nuestro medio ambiente, a nuestros ganaderos y agricultores y a nuestros medios tradicionales de subsistencia.
Pedimos a nuestra Diputación Provincial y a todas nuestras instituciones que pasen a la acción una vez que se han mostrado las condolencias y la solidaridad.
Nuestro agradecimiento sincero a las personas que día tras día trabajan en el terreno para impedir estas desgracias, no siempre suficientemente bien tratadas en sus condiciones laborales y salariales.
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