Vivimos en un país forestal con poca cultura sobre nuestros bosques. Me atrevería a decir que con cierta desidia, dejadez y desconexión. Muchas veces, el bosque se percibe como un decorado estático sin valorar los recursos que nos proporciona e incluso sin  percepción de los riesgos asociados. Nos acordamos de nuestros bosques en el día internacional o cuando arden en los grandes incendios forestales del verano. 

En este post, queremos acercarte un poco más a la realidad de nuestros bosques. ¿Qué sabes sobre los bosques en España?

  1. ¿Qué se considera “Bosque”?

La superficie forestal arbolada, se refiere al terreno poblado con árboles (especies forestales arbóreas) como la vegetación predominante. Con una espesura de copa de más del 10% (esto se  conoce como Fracción de Cabida Cubierta, FCC) y se refiere  a la espesura a partir de la  proyección vertical de las copas de los árboles. Menos de ese porcentaje se considera desarbolada. España cuenta con 28.082.964 hectáreas de superficie forestal, lo que equivale al 55 % del total del territorio. 

  1. ¿Cuáles son los árboles más representados en nuestros bosques?

Doce especies de árboles representan el 84% del total.  Pino silvestre (Pinus sylvestris), pino marítimo (Pinus pinaster), pino canario (Pinus halepensis), pino negral (Pinus nigra), encina (Quercus ilex), haya (Fagus sylvatica) y eucalipto común (Eucalyptus globulus), rebollo (Quercus pyrenaica),  pino de Monterrey (Pinus radiata), roble (Quercus robur), castaño (Castanea sativa) y pino piñonero (Pinus pinea). Si son eucalipto y pino radiata no son bosques, son plantaciones.


  1. ¿Hay distintos tipos de bosque?

Es una de las características de los bosques ibéricos: la diversidad. Distintas formaciones arboladas desde pinares, abetales, enebrales (coníferas), robledales, abedulares, (frondosas), masas forestales mixtas, repoblaciones, bosques de ribera, dehesas, etc.

  1. ¿A quién pertenecen los bosques?

El 28% de la superficie forestal es pública (es decir del Estado,  comunidades autónomas, entidades locales) y el 72% restante es privada. (Fuente: Anuario forestal 2020). Esto es muy importante de cara a realizar la gestión de los terrenos. Se hace imprescindible que las administraciones promuevan iniciativas para la cesión sin que se pierda la titularidad para asegurar la gestión forestal de las masas forestales.

  1. ¿Y comparado con otros países? ¿Hay más o menos bosques? 

El vínculo entre despoblación, aumento de superficie forestal y agravamiento de los incendios forestales es una realidad que no es percibida o entendida por la sociedad, medios de comunicación e incluso por los líderes políticos que prometen en cada periodo electoral la plantación de millones de árboles (Mariano Rajoy en 2004, Zapatero en 2008, Albert Rivera en 2019…). Un síntoma claro de desidia, desconocimiento o falta de comprensión de la realidad del medio rural y del estado de los montes españoles, que nos aleja de las verdaderas soluciones.

España es el segundo país de la Unión Europea con mayor superficie forestal. El primero es Suecia

  1. ¿Por qué ha aumentado la superficie forestal? 
  • El éxodo rural en los años 50 supuso el abandono de tierras de cultivo y de actividad ganadera, siendo colonizados espacios por la vegetación continua (proceso denominado “matorralización”). Esto ha supuesto la pérdida del paisaje mosaico que ayuda a frenar el avance del fuego.
  • El abandono del aprovechamiento de recursos forestales como la leña, madera, piñas, etc que suponía un descenso en la carga de vegetación seca e inflamable (combustible).
  • La política de repoblaciones de los 50-60 sin que haya habido posterior gestión forestal.
  • Las políticas de supresión del fuego y la eficacia en la extinción de incendios. 

¿El resultado? Un paisaje transformado en un monte con vegetación seca continua (combustible) y por tanto con alta capacidad de propagación: un paisaje inflamable y susceptible de vivir incendios muy peligrosos. En el que además se insertan viviendas, urbanizaciones generando situaciones de desalojos.

  1. ¿Qué se destaca de los ecosistemas forestales ibéricos frente a los europeos?

Hay que recalcar el enorme valor, singularidad y diversidad que tienen los ecosistemas forestales en comparación con los bosques europeos.

Y un contexto clave: la mayor parte de la península ibérica está incluida en la región mediterránea que es uno de los puntos críticos de biodiversidad más grande del mundo y donde se aprecia con mayor rapidez el impacto del calentamiento global. 

El clima mediterraneo caracterizado porque la época estival coincide con la estación seca, hace que se generen las condiciones climáticas propicias para incendios forestales. Si bien, los ecosistemas mediterráneos han convivido con el fuego, actualmente hay una evolución hacia incendios de altísima intensidad responsable de la superficie quemada y de desalojos masivos. En 2022 ardieron cerca de 270.000 hectáreas (el triple de lo que suele quemarse) y se contabilizaron 57 Grandes Incendios Forestales (en estos incendios se quemaron más del 80% de la superficie total).

  1. ¿No se habla de que ¾ de España sufre procesos de desertificación? 

Sí, hay un aumento de superficie forestal y España sufre un proceso de desertificación muy grave. Parece antagónico pero no lo es. España es el segundo país con más superficie forestal de la UE, y sin embargo hay más de 370.000 kilómetros cuadrados en riesgo de desertificación. 

Importante: la desertificación no significa que el terreno se convierta en desierto sino que aumentan lo que se conoce como “tierras secas”. Son zonas degradadas donde avanza el matorral proclive a sufrir sequías frecuentes y por tanto vegetación seca que arde en incendios forestales. A su vez, los incendios agravan los procesos erosivos y desertificación. Un círculo vicioso que se retroalimenta.

Por tanto, las prioridades de actuación no tienen que ser repoblaciones masivas si no se asegura una gestión posterior, ya que contribuirán al aumento de cargas combustible.

  1. ¿Cuáles son los problemas más importantes a los que se enfrentan nuestros bosques?

Cambio climático, sequía, desertificación, falta de gestión forestal y uso cultural del fuego, son el cocktail perfecto para los grandes incendios forestales. Un territorio más seco, caliente y más inflamable. ¡Y abandonado! El 80%de la superficie forestal no cuenta con instrumentos de ordenación forestal.

Importante: el cambio climático no explica el origen de los incendios, no es una causa (el 95% son por causa humana). Sin embargo, sí explica la evolución de los incendios hacia incendios más peligrosos, rápidos e incontrolables. El cambio climático es el responsable del incremento de periodos de sequía y olas de calor suponen la desecación de la  vegetación por pérdida de agua (evapotranspiración), que se convierte en “combustible”, uno de los elementos necesarios en el triángulo para que se genere el fuego (es toda aquella materia vegetal que puede arder) y elemento que explica la propagación del fuego (junto con la meteorología y topografía). De manera que los montes son auténticos polvorines de vegetación seca y continuada alimento para incendios de alta intensidad.

  1. En Greenpeace, ¿qué pedimos?

La emergencia climática muestra un escenario con sequías más largas, más intensas, con menos precipitaciones y mayor temperatura. Aquellas masas forestales que vayan quedando fuera de rango climático serán más vulnerables al fuego, se irán debilitando y correrán riesgo de desaparición.

Es fundamental la gestión forestal de nuestros bosques adaptada a la nueva realidad,  recuperar el paisaje en mosaico agroforestal tradicional de forma sostenible, mejor adaptado, con menos carga de combustible, recuperar zonas degradadas y desertificadas. Y para mantener ese nuevo paisaje es vital la dinamización y reactivación de la economía rural que contribuya a generar estos territorios resilientes ante incendios de alta intensidad y comunidades activas que prevengan y gestionen el riesgo. 

Y para ello se necesita inversión. Si bien la gestión forestal es de competencia autonómica, la gestión forestal preventiva e integral requiere de una mejor coordinación de los diversos niveles del Estado. Resulta del todo imposible conocer lo que destinan las administraciones a escala autonómica o local al no existir datos normalizados, tampoco es fácil conocer la implementación de planes preventivos y de emergencia local en zonas ZAR y mucho menos la superficie forestal gestionada de forma sostenible.

La gestión forestal preventiva e integral requiere de una mejor coordinación de los diversos niveles del Estado, sin que esto suponga un cuestionamiento de las competencias autonómicas.

Greenpeace propone la creación de un Fondo de apoyo a la prevención de incendios y gestión forestal para poder reforzar el trabajo de todas las administraciones y actores en la materia.

Y por supuesto trasladar a la sociedad un mejor conocimiento de los valores de los bosques, aumentando la cultura forestal, la compresión social de los de los beneficios ambientales, sociales y económicos de las actividades forestales y el papel tan importante que desempeña la población rural.