Lo paradójico es que la UE cuenta con una legislación reciente, el Reglamento de la UE sobre deforestación (EUDR), que se aplica a materias primas como la soja, el aceite de palma y la carne de vacuno, para prohibir en su mercado los productos derivados de estas materias primas cuando están asociados a la deforestación. Pero el EUDR no regula el sector financiero. Todavía…

La buena noticia es que la Comisión Europea deberá revisar esta legislación y evaluar la conveniencia de incluir al sistema financiero dentro de la misma. 

Porque hay que “seguir la pista del dinero” para detener la expansión de las materias primas para piensos industriales, la ganadería, el aceite de palma y las plantaciones para pasta de papel a costa de bosques y ecosistemas naturales y revertir urgentemente el daño causado. Debemos poner fin a los servicios financieros como el crédito, la suscripción y la inversión a empresas vinculadas a la destrucción de ecosistemas.

 

Banco Santander, ¡deja de financiar la deforestación!

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