De molino a motor del progreso
Este inmueble, que inicialmente fue un molino harina, experimentó una notable transformación al convertirse en una central generadora de electricidad, iluminando por primera vez los hogares de Sotillo. Hoy día, estas históricas instalaciones albergan las oficinas de Hidroeléctrica Vega. Recientemente, el edificio ha sido objeto de una reforma integral, manteniendo su encanto exterior mientras que su interior ha sido remodelado con un diseño moderno y funcional. Como un guiño a su pasado, se han integrado piezas originales de antiguos aparatos eléctricos en la decoración, fusionando la funcionalidad con la estética.
Ecos de un pasado memorable
Mis recuerdos de este lugar son algo difusos, pero aún conservo la imagen de acompañar a mi padre en alguna gestión. Recuerdo que, en la planta superior, residía una de las figuras más ilustres que ha pisado Sotillo: Doña Jimena Fernández de la Vega. Mi padre siempre la visitaba para saludarla. Era una mujer extraordinaria, precursora en su campo, y es posible que fuera la primera mujer en licenciarse en medicina. Su especialidad era la mejora de la salud a través de las aguas termales entre otros campos, un conocimiento que plasmó en varios libros. Su prestigio la llevó a ocupar el cargo de directora del afamado balneario de Lanjarón, en Granada.
Adentrándome más en la memoria, emerge la figura de Francisco de la Fuente, cariñosamente conocido como Kiko. Él se encargaba de temas administrativos de la compañía como mirar contadores y cobrar los recibos, un hombre al que conocí y del que guardo muy gratos recuerdos.
El presente de Hidroeléctrica Vega
Hoy en día, la labor de Hidroeléctrica Vega continúa gracias al esfuerzo de su equipo, de su maravilloso equipo, formado por trabajadores del pueblo y que a muchos de ellos tengo la gran suerte de conocer personalmente.
Este emblemático edificio se sitúa en la calle Mártires de Sotillo de la Adrada, siendo un punto de referencia y un pilar en la historia local.
Trespassos
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