Ese espacio no es un simple lugar: es memoria, respeto y dignidad hacia todas las mujeres que ya no están, hacia sus familias y hacia una sociedad que no puede ni debe olvidar. Atacar ese símbolo es atacar también la esperanza de vivir en un mundo más justo e igualitario.
Condenamos de forma rotunda este gesto cobarde e intolerante. No podemos permitir que la violencia, el odio o la indiferencia silencien el recuerdo de quienes perdieron la vida por la violencia machista.
Reafirmamos nuestro compromiso como Izquierda Unida: seguiremos alzando la voz, acompañando a las víctimas y construyendo, día a día, una Ávila y un futuro en el que el respeto, la igualdad y la convivencia estén por encima de cualquier forma de violencia.
Porque recordar es resistir. Porque cada homenaje es también un acto de amor y de justicia.
Ni un solo paso atrás frente a la violencia machista.
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