martes, 30 de marzo de 2021

#OPINIÓN: Aquí no sobra nadie por Silvia Gambarte abogada laboralista

 


Si hay algo que siempre me hace sacar una sonrisa es la unión de los trabajadores en la defensa de sus derechos y si hay algo que me conmueve es la solidaridad de quienes salen a la calle a defender puestos de trabajo propios o ajenos.


Esta semana Llodio se ha vestido de solidaridad, con ese traje discreto pero con reflectantes. Llodio ha sido a la calle pisando fuerte con botas de seguridad. Ante la desoladora noticia de la eliminación de 129 puestos de trabajo en Tubacex, entre ellos 95 despidos, en una comarca, Aiaralde víctima de una desindustrialización injusta e injustificada.

Un terremoto azota Euskal Herria. Un movimiento causado por despidos masivos de cientos de trabajadores para maximizar los beneficios económicos de las empresas a costa de la destrucción de empleo y de una mayor precarización del trabajo. Empresas, en algunos casos, que reciben o han recibido dinero público por parte del Gobierno Vasco. La sacudida comenzó a finales del año pasado con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) de Matricerías Deusto que afectaba a 177 trabajadores. GTS continuaba la sangría con 38 despidos y 15 recolocaciones. También se sintieron temblores en Araba. El 1 de diciembre Alestis ejecutaba un ERE que afectó a 77 trabajadores de la planta de Miñano con 56 despidos. Aernnova,el 1 de febrero echaba a 55 trabajadores en Bereantevilla. Ese mismo día, ITP Aero despedía, sin contemplar otras medidas, a 83 personas en las plantas de Barakaldo y Sestao. Un suma y sigue de empresas que deciden recortar empleo, sin darse cuenta de que aquí no sobra nadie.

Desprotegidos por una legislación laboral que hay que modificar, más de medio millar de personas han perdido su trabajo en menos de 3 meses. Más de medio millar de familias, observan expectantes un futuro incierto.

La necesidad de derogar la reforma laboral de 2012 es una realidad en un momento en el que no podemos permitir, ni consentir, que se pierda un puesto de trabajo más. Uno de los aspectos de esa reforma fue la eliminación de la autorización previa de la autoridad laboral para realizar un ERE. Esa autorización previa, quizá hubiera salvado a los trabajadores de ITP-Aero, ya que la autoridad laboral propuso un ERTE antes de acometer despidos. Desconozco si con esa autorización previa se hubieran logrado salvar todos esos empleos, lo que sí tengo claro es que no hubiera sido tan fácil destruirlos.

Este mes de marzo cientos de trabajadores nos están demostrando que la lucha es el único camino pero que con la solidaridad y el apoyo de trabajadores de otras empresas ese camino es más llevadero. En estos momentos en que es tan necesario defender el empleo, si hay algo que puede sacarme una sonrisa es la victoria de los trabajadores en los tribunales. Ojalá tengamos que celebrar la nulidad de todos esos EREs que están esquilmando nuestra tierra.

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