Hace días que pasó el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, hoy Día Internacional de la Mujer y seguimos siendo criticadas por tratar de lograr algo tan necesario como la igualdad. Está claro que nuestra lucha no se circunscribe a un día pero es necesario que al menos un día de esos 365 que tiene el año se visibilicen nuestras reivindicaciones.
Un 8 de marzo de 1889 se produjo la primera huelga de mujeres en Euskal Herria. Las cigarreras de Santutxu (Bilbao) se amotinaron. Se les exigía producir 34 millones de cigarrillos cada 15 días y para lograrlo debían trabajar 13 horas al día sin descansar tan siquiera ni domingos ni festivos. Esas obreras que lucharon por unos derechos laborales básicos fueron la semilla de la lucha por la igualdad y de las reivindicaciones del movimiento obrero.
Desde entonces sigue habiendo motivos para que las mujeres seamos vanguardia.
8M 2021. Valencia. Detenido un hombre tras apuñalar a su expareja. ¿Cuándo dejaremos de sufrir violencia machista? Millones de mujeres y niñas siguen siendo víctimas de esta violencia se presenta de muchas maneras (física, emocional, sexual o económica) pero con una única finalidad: producir un daño y lograr un control sobre la mujer.
8M 2021. Murcia. Tres hombres cuelgan un cartel contra el 8M que dice «Soy mujer y no me representan». ¿Cuántas veces hemos tenido que soportar que un hombre nos expliqué qué es ser mujer, que nos indique qué problemas tenemos y que hable en nuestro nombre? Las mujeres tenemos voz. No necesitamos que nadie hable por nosotras.
8M 2021. Madrid. Se prohíbe la manifestación del 8M y se atacan murales y símbolos feministas. El feminismo molesta a quienes creen que debemos estar subordinada a los deseos e intereses de los hombres. Por eso tratan de borrarnos e invisibilizarnos.
8M 2021. Córdoba. Empresaria lanza cubos de agua a trabajadoras que protestaban por sus derechos laborales. La brecha de género existe e impide que la igualdad sea plena entre hombre y mujeres. Esa brecha tiene como máximo exponente a la brecha salarial. Esta legislatura se ha establecido la obligación de realizar auditorías y registros retributivos para acabar con ella y que ninguna mujer perciba menor salario por el hecho de ser mujer. Pero no debemos quedarnos únicamente ahí. Las mujeres sufrimos una mayor tasa de desempleo y una precarización importante de nuestro trabajo con un aumento de contratos a tiempo parcial. La mayor parte de quienes están en ERTE son mujeres. Las labores domésticas y de cuidados son realizadas por mujeres. Somos nosotras quienes reducimos nuestra jornada para cuidar a nuestros hijos. Cuando miramos hacia arriba vemos unos techos de cristal que queremos romper y no podemos.
Mientras estas desigualdades sean una realidad, seguiremos siendo punta de lanza hasta que la igualdad sea costumbre. El 8 de marzo, como día de lucha y reivindicación, no ha perdido valor y será necesario hasta que toda la sociedad sea feminista. Porque el feminismo no es otra cosa que igualdad.”
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