Pararte un segundo.
Le mire fijamente
pero no se quiso detener,
que caprichoso el universo
no nos quiso dar ese poder.
Al ver que no se detenía
que caso no me quería hacer,
decidí seguir adelante
para poderle comprender.
El pasar de los segundos
los que me hacen envejecer,
cuando se convierten en años
y experiencia nos hacen cojer.
Que caprichoso el destino
que el tiempo no quiso detener,
y eso que solo le pedí un segundo
con el que a ti volverte a ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario