La arquitecta presentó su propuesta en una conferencia en la capilla central del monasterio, destacando la importancia histórica y cultural del edificio, ahora en la Lista Roja de Patrimonio.
Ayer por la tarde, en el marco de la programación del verano cultural de Piedrahíta, se llevó a cabo una conferencia en el monasterio de Santo Domingo, un evento que atrajo a numerosos interesados en el patrimonio y la arquitectura. La charla, titulada "Conservación y Restauración del Monasterio de Santo Domingo", fue presentada por Julia Pindado, arquitecta que dedicó su trabajo de fin de grado a este emblemático edificio.
La conferencia se celebró en la capilla central del monasterio, uno de los pocos elementos que aún se mantienen en pie del antiguo complejo monástico. Este recinto, fundado en 1371 como monasterio de la orden de los dominicos, ha sufrido diversas etapas de construcción y reconstrucción, siendo testigo de incendios, desamortizaciones y una explosión en 1812 que marcó el inicio de su abandono y posterior desamortización en 1834. En 1878, parte de las ruinas fueron rehabilitadas para albergar el cementerio municipal, aunque hoy en día, el deterioro causado por la falta de mantenimiento y la exposición a los elementos ha llevado a su inclusión en la Lista Roja de Patrimonio.
Julia Pindado inició su intervención con un recorrido histórico del monasterio, destacando su fundación en el siglo XIV y su evolución a lo largo de los siglos. A pesar de los graves daños sufridos, el monasterio conserva la cabecera de la iglesia y las capillas laterales, así como algunos de los muros perimetrales. La arquitecta subrayó la importancia de estas estructuras, no solo desde un punto de vista arquitectónico, sino también como testigos de la historia local y nacional.
El proyecto de intervención, que propone Julia Pindado, se centra en la consolidación de las capillas y los muros de cerramiento, así como en la nueva cubrición de la cabecera del templo. La arquitecta enfatizó la necesidad de proteger el interior de las capillas de los agentes externos, especialmente el agua, que ha causado graves problemas de humedad y deterioro de los materiales. Además, señaló la urgencia de sanear el sistema estructural y reparar los daños existentes en los muros perimetrales.
Pindado también abordó la importancia de dotar al monasterio de un uso cultural que ponga en valor su arquitectura y contribuya a su conservación. Propuso criterios de intervención basados en la autenticidad, la compatibilidad con los materiales originales, la mínima intervención y la reversibilidad, garantizando que cualquier modificación respete y conserve las partes originales del edificio.
La arquitecta concluyó su presentación subrayando que la conservación del monasterio no solo es una cuestión de mantener una estructura física, sino de preservar un legado histórico y cultural que enriquece la identidad de Piedrahíta y su comunidad. La conferencia de Julia Pindado fue un llamado a la acción para proteger y revitalizar este tesoro arquitectónico, asegurando su legado para las futuras generaciones.
El Monasterio: Historia y Desafíos de Conservación
El antiguo cementerio municipal de Piedrahíta, donde se ubica el monasterio, tiene una gran historia que se remonta a 1371, cuando fue fundado como monasterio de la orden de los dominicos. A lo largo de los siglos, el monasterio pasó por diversas etapas constructivas, incluyendo ampliaciones y reconstrucciones tras varios incendios. Sin embargo, el principal problema que enfrenta actualmente el edificio comenzó con una explosión en 1812, que inició su abandono y posterior desamortización en 1834.
Las ruinas que quedaron fueron rehabilitadas en 1878 para alojar el cementerio municipal. Desde entonces, la falta de mantenimiento y la exposición a los elementos han empeorado gravemente su estado. Actualmente, solo se conserva el perímetro de la iglesia y el claustro, habiéndose perdido el muro de separación entre ambos tras la explosión de 1812. Tampoco se conserva la espadaña que hubo en el lateral izquierdo de la puerta principal.
Se añadió un muro de cierre en el transepto, conformando una pequeña capilla para el cementerio, con otras dos capillas laterales que actualmente contienen nichos. No quedan restos del pavimento original de la iglesia o del claustro, ya que el suelo está cubierto de tumbas. Sin embargo, en la capilla principal aún se puede observar el pavimento original de piedra.
Las cubiertas originales eran a dos aguas y cubrían las tres naves completas de la iglesia, con tejas árabes y estructura de madera. Hoy en día, solo existe cubierta en la capilla del cementerio y sus naves laterales. El deterioro de las cubiertas ha permitido la entrada de agua, causando graves problemas de humedad que deterioran rápidamente los restos presentes. Además, la infiltración del agua es un problema urgente a resolver.
Existen numerosas alteraciones provocadas por vegetación y animales, como cigüeñas y palomas, que aumentan las patologías de la cubierta y las humedades. El material de cerramiento en la cubierta también presenta numerosos daños, con piezas perdidas, rotas y descolocadas, y el material restante está muy deteriorado.
Intervenciones Necesarias para la Conservación
Julia Pindado indicó que la necesidad básica es proteger las cubiertas para evitar la entrada de agua que está acelerando el deterioro del monasterio. Además, es crucial sanear el sistema estructural, reparar y completar las partes deterioradas o ausentes del cerramiento estructural, y resolver los problemas de humedad en las capillas y los muros perimetrales.
Para poder potenciar su conservación y mantenimiento, es necesario que el monasterio vuelva a tener actividad. Pindado sugirió una serie de criterios para la intervención, incluyendo la conservación de la autenticidad del edificio, el análisis histórico y técnico de las reconstrucciones, la utilización de materiales tradicionales para garantizar la durabilidad, la mínima intervención para evitar mayores daños y la reversibilidad para conservar las partes originales del edificio.
Información Adicional: Licitación de Obras por la Junta de Castilla y León
Como recordatorio, la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, ha sacado a licitación las obras de consolidación del monasterio de Santo Domingo en Piedrahíta, con un presupuesto de 340.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses. La intervención incluye la consolidación de las capillas, la reparación de los muros perimetrales y la nueva cubrición de la cabecera del templo. Estas medidas son esenciales para detener el deterioro y asegurar la preservación del edificio, permitiendo que este tesoro histórico y cultural continúe siendo un símbolo de la identidad de Piedrahíta y una fuente de orgullo para la comunidad.