Fabada asturiana del restaurante La Casa |
Guisotillo ay mi Guisotillo, Guisotillo que grande eres...
Nubes bajas, llovizna, entre 12 y 14 grados, era el día perfecto para hacer la jornada de la cuchara en Sotillo de la Adrada. Seis eran los establecimientos: Casa Melaneo, Restaurante La Casa, Bar Maika, Bar Las Palmeras, Bar París y La Reserva, y pudo ser más, mucho más pero no pudo ser porque la fiesta continuaba por la tarde en la Plaza de Abajo con todos los guisos juntos pero el Ayuntamiento con el cambio de horario de la ocupación del ese espacio público por "quejas" de otros establecimientos que no quisieron participar, pensó que había que modificarlo y ese nuevo horario ya no interesó a esta iniciativa empresarial.
Yo visité tres, mi cuerpo no puedo engullir mas de tres de este certamen de la cuchara.
El primero Casa Melaneo con su guiso MARMITAKO. En primer lugar hablar de Casa Melaneo es éxito seguro. Es como si supiéramos de antemano el premio gordo de la lotería de Navidad. Es uno de los pocos lugares que sabes que vas a triunfar cuando te traes amigos de otros sitios. Pues bien, ese Marmitako era un plato excelente, para mi el mejor de los tres que probé, ya que estaba maravillosamente hecho, con un buen sabor, textura, consistencia. Y es la primera vez que me pasa en un establecimiento con el pan, te ponen tanto y tan bueno que no hace falta pedir más y eso es de agradecer para una persona como yo que el pan es algo que le vuelve loco, y si es de Sotillo, de cualquiera de sus tahonas, mejor.
Después nos fuimos al Restaurante La Casa , y ¿donde mejor que probar una FABADA ASTURIANA que en un asturiano? pues eso. El lugar es impresonante ya que está muy bien decorado y con su poca luz en su lugar digamos que intimista. Y la fabada, madre mía a la fabada, riquísima, bien hecha, maravillosa, excelente, que cosa más ricas por Dios. Esa judías perfectas que se deshacen en la boca, ese caldo colorado, con su carne, con su chorizo, perfecta. Con respecto al pan muy escaso y me impidió la afición que tengo de mojar todo lo mojable.
Y para terminar porque mi cuerpo no daba más de si fue el Bar Maika con su CALDERETA DE CORDERO que en apariencia era poco apetecible que una vez en la boca era tan excelente que se me pusieron los ojos en blanco y entre en éxtasis. Son las cosas de la sorpresa que esta muy bien. Eso si, si en El Melaneo el pan era abundante y en La Casa escaso, en el Bar Maika inexistente. Se lo perdonaremos por el regalo de la caldereta.
Para concluir diré que es una buena iniciativa de estos establecimiento y espero y deseo que se siga realizando, y el el año que viene sean más.
Y ahora diré cosas buenas y cosas malas; lo mejor, la calidad y su precio muy asequible, lo peor, el recipiente y el cubierto que eran todos de materiales desechables de un solo uso. Para el año que viene mejor en barro si es posible por el tema del medio ambiente.
PD. al año que viene prometo empezar por los que me dejé este año.
Trespassos
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