Ha pasado algo más de un mes desde que esta pandemia llegó casi sin darnos cuenta y con una rapidez increíble, dejándonos a todas con el corazón encogido. Por primera vez comenzábamos a vivir situaciones impensables para muchas de nosotras como la reducción de nuestra libertad de movimiento, el alejamiento de nuestros seres queridos, el colapso en los hospitales, la falta de equipos de protección y nuestros mayores impactados sin poder acompañarlos, entre otras muchas pérdidas a diferentes niveles.
Pero todas las crisis tienen dos caras, así es que también hemos visto cómo una nueva ciudadanía global se moviliza en cada casa, en cada barrio, en cada comunidad, en cada región para generar una ola de solidaridad y apoyo mutuo que nos pone los pelos de punta.
¿Y dónde ha estado Greenpeace en todo esto? Greenpeace no es una organización humanitaria, no está preparada ni tiene experiencia para dar respuesta a una crisis sanitaria global… ¿O en parte sí? Somos una organización que trabaja para la defensa del medio ambiente y la paz. En esta mirada, el “cuidado de la VIDA” está en el centro, y este ha sido el hilo que nos ha guiado a tejer colaboraciones desde la humildad pero también desde la responsabilidad social de quien ocupa un lugar con ciertos privilegios en cuanto a recursos y capacidades. Las decisiones sobre el cuidado de la vida no deben estar sólo en manos del personal sanitario, todas cuentan.
Así es que, además de toda nuestra acción política, comenzamos a explorar cuáles eran nuestros recursos y potencialidades para responder de una manera inteligente y creativa a los nuevos escenarios humanitarios con las siguientes premisas: poder contribuir allí donde hubiera mayor vulnerabilidad y fuera realmente útil, colaborar con colectivos con objetivos claros y modus operandi seguros y minimizar los riesgos de intervención al máximo. Con ello hemos pretendido sembrar algunas semillas de solidaridad. Son pequeñas contribuciones, pero lo importante es que suman y seguiremos haciéndolo, porque #GreenpeaceSigueContigo.
Ha pasado algo más de un mes desde que esta pandemia llegó casi sin darnos cuenta y con una rapidez increíble, dejándonos a todas con el corazón encogido. Por primera vez comenzábamos a vivir situaciones impensables para muchas de nosotras como la reducción de nuestra libertad de movimiento, el alejamiento de nuestros seres queridos, el colapso en los hospitales, la falta de equipos de protección y nuestros mayores impactados sin poder acompañarlos, entre otras muchas pérdidas a diferentes niveles.
Pero todas las crisis tienen dos caras, así es que también hemos visto cómo una nueva ciudadanía global se moviliza en cada casa, en cada barrio, en cada comunidad, en cada región para generar una ola de solidaridad y apoyo mutuo que nos pone los pelos de punta.
¿Y dónde ha estado Greenpeace en todo esto? Greenpeace no es una organización humanitaria, no está preparada ni tiene experiencia para dar respuesta a una crisis sanitaria global… ¿O en parte sí? Somos una organización que trabaja para la defensa del medio ambiente y la paz. En esta mirada, el “cuidado de la VIDA” está en el centro, y este ha sido el hilo que nos ha guiado a tejer colaboraciones desde la humildad pero también desde la responsabilidad social de quien ocupa un lugar con ciertos privilegios en cuanto a recursos y capacidades. Las decisiones sobre el cuidado de la vida no deben estar sólo en manos del personal sanitario, todas cuentan.
Así es que, además de toda nuestra acción política, comenzamos a explorar cuáles eran nuestros recursos y potencialidades para responder de una manera inteligente y creativa a los nuevos escenarios humanitarios con las siguientes premisas: poder contribuir allí donde hubiera mayor vulnerabilidad y fuera realmente útil, colaborar con colectivos con objetivos claros y modus operandi seguros y minimizar los riesgos de intervención al máximo. Con ello hemos pretendido sembrar algunas semillas de solidaridad. Son pequeñas contribuciones, pero lo importante es que suman y seguiremos haciéndolo, porque #GreenpeaceSigueContigo.
Semilla 1. Respaldar la intervención humanitaria
Si hay alguien que sabe de esto es sin lugar a dudas Médicos sin Fronteras, que está integrada en las plataformas de coordinación de gestión de la crisis, apoyando en la descongestión de hospitales y reforzando la protección de nuestros mayores. Con ella estuvimos asesorándonos para garantizar la mejor forma de contribuir. Colaborar con ellos nos hizo dar un paso más y habilitar nuestra nave para realizar la coordinación de personas con habilidades de corte y confección para el uso de nuestras 3 máquinas de costura industriales elaborando material de protección con la reutilización de nuestra tela de pancartas. Gracias a la labor de mucha gente que ha pasado de forma voluntaria por allí y a la coordinación de personas como Nacho, nuestro responsable de logística, hemos elaborado más de 300 batas que se han destinado principalmente a residencias donde están los colectivos más vulnerables en esta pandemia, como las personas mayores.
En esta línea, nuestra última pequeña contribución ha sido la de canalizar voluntariado de nuestra red hacia el voluntariado del estupendo programa que Open Arms lidera en Cataluña para el apoyo a profesionales de la atención primaria en la realización de test de COVID-19 en residencias de mayores, con el objetivo de sectorizar los centros y organizar el aislamientos de las personas contagiadas.
Si hay alguien que sabe de esto es sin lugar a dudas Médicos sin Fronteras, que está integrada en las plataformas de coordinación de gestión de la crisis, apoyando en la descongestión de hospitales y reforzando la protección de nuestros mayores. Con ella estuvimos asesorándonos para garantizar la mejor forma de contribuir. Colaborar con ellos nos hizo dar un paso más y habilitar nuestra nave para realizar la coordinación de personas con habilidades de corte y confección para el uso de nuestras 3 máquinas de costura industriales elaborando material de protección con la reutilización de nuestra tela de pancartas. Gracias a la labor de mucha gente que ha pasado de forma voluntaria por allí y a la coordinación de personas como Nacho, nuestro responsable de logística, hemos elaborado más de 300 batas que se han destinado principalmente a residencias donde están los colectivos más vulnerables en esta pandemia, como las personas mayores.
En esta línea, nuestra última pequeña contribución ha sido la de canalizar voluntariado de nuestra red hacia el voluntariado del estupendo programa que Open Arms lidera en Cataluña para el apoyo a profesionales de la atención primaria en la realización de test de COVID-19 en residencias de mayores, con el objetivo de sectorizar los centros y organizar el aislamientos de las personas contagiadas.
Semilla 2. Reforzar la seguridad
Nos comenzaron a llegar demandas de material de protección. En nuestro Centro de Activismo contamos con materiales que normalmente utilizamos en nuestras actividades. Hicimos un rápido inventario de todo aquel material que podría servir para mejorar los EPIs, equipos de protección individual, en aquellos lugares de trabajo en primera línea donde no había suficientes. Tras nuestro análisis donamos todo el material (mascarillas, guantes, gafas, trajes impermeables, mantas térmicas…) a la Red Sierra Norte Acción CV19 formada por 42 municipios madrileños que están haciendo un fabuloso trabajo de cooperación. Además, hemos realizado la cesión de nuestra impresora 3D al Equipo de pantallas protectoras creado en esta Red, de forma que junto a otras tantas impresoras se siguen produciendo viseras-pantalla que van allí dónde más se necesitan.
Semilla 3. Fortalecer la comunidad
Greenpeace está formada por una comunidad global de más de 3,2 millones de personas que tienen valores compartidos y mucha humanidad. En los primeros momentos de respuesta rápida pusimos el foco en los cuidados de esta comunidad. Se conformaron equipos de respuesta rápida de Seguridad y de Programas a nivel internacional y nacional, protocolos de análisis de riesgos y planes de seguridad, videoconferencias de apoyo y de formación, toda la reorganización de la planificación y de las redes de personas para su protección y trabajo desde casa. Mirando hacia esa comunidad y sus necesidades, en Greenpeace España se reubicó a los equipos de Diálogo Directo, quienes están haciendo una increíble labor en un programa de acompañamiento de socios y socias más vulnerables, así van naciendo lazos y relaciones bonitas entre la gente Greenpeace. Además difundimos toda la información de las redes ciudadanas de apoyo mutuo que están surgiendo en las distintas comunidades autónomas para pegar un empujón al poder de la gente y hemos creado el programa Siente, Piensa y Actúa, generando espacios de encuentro virtual para asegurar el cuidado integral de las personas activistas.
2019 fue el año del despertar climático, quizás 2020 nos traiga la oportunidad de despertar en una “nueva” normalidad. La historia ya nos lo ha mostrado con otras pandemias, un mundo mucho mejor puede florecer tras ellas. Que no nos paralicen las doctrinas del miedo y escribamos este nuevo capítulo de la historia juntas, sigamos plantando semillas para una ciudadanía en acción que cree un mundo seguro, justo y ecológico para todas las personas, cada semilla es importante, ¡atrévete a plantar la tuya!
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