Señoras, Señores
Quiero que mis primeras palabras en el marco de este acto institucional, en nombre y representación del Ayuntamiento y del Pueblo de Sotillo,
sean de homenaje y recuerdo a todas las personas que han fallecido con y como consecuencia del Covid-19,
de pésame a sus familias y de reconocimiento a quienes habéis dado y a quienes seguís dando lo mejor de vosotros mismos para combatir esta enfermedad en tantos y múltiples ámbitos de nuestra sociedad.
Es de justicia que las instituciones, como garantes y como representantes de la dignidad de las sociedades que nos eligen, no sólo tratemos de ser eficaces a la hora de proteger la vida y la salud de las personas, a la hora de buscar salidas en medio del marasmo para su futuro y el de sus hijos, a la hora de ofrecer respuestas ante las infinitas dudas,
sino que es justo también que recojamos el sentir de los pueblos, encaucemos sus emociones y seamos capaces de dar respuestas a sus demandas de memoria y dignidad, de reconocimiento y duelo, en definitiva, a su búsqueda de humanidad.
Eso es lo que pretende este Ayuntamiento en el día de hoy, 16 de julio de 2020, Día de Homenaje Nacional, convocando a la sociedad sotillana a un acto solemne con el que queremos decir alto y claro que ante la dureza y la adversidad de lo que hemos vivido,
ante la incertidumbre de lo que estamos viviendo y ante la densa niebla que envuelve el futuro próximo, hemos de seguir respondiendo con la misma determinación, el mismo civismo y la misma fuerza.
No se puede dar un sólo paso atrás dejando paso a la relajación de las normas o al conflicto generacional, porque esa es la antesala de los rebrotes y la vuelta a la casilla de salida.
Se trata de poner un punto y seguido a una realidad que nos obliga a seguir caminando, pero en la que no debemos, no podemos y no queremos olvidar a nadie de los que nos han dejado, sean cuántos sean y sean quiénes sean.
Esta placa en un lugar emblemático de Sotillo nos recordará siempre que esta primavera de 2020, probablemente la más luminosa y más benigna climáticamente de las últimas décadas, fue un período negro para nuestro país en el que llegamos a asumir con resignación cifras dantescas de fallecidos que formaban parte de una curva estadística que nos decían que había que aplanar.
Aquellos datos no eran números. Aquellos números eran personas, eran sentimientos y dolor.
Este homenaje y esta placa no repararán el dolor de sus familias,
no permitirán dar marcha atrás las manecillas del reloj para dejarles despedirse de sus seres queridos, porque tan grave como la enfermedad física, ha sido la enfermedad espiritual y psicológica que nos deja.
no borrarán ese dolor en el pecho cada vez que recuerden tanto desgarro, pero la sociedad debe recordar con dignidad a los fallecidos y así queremos expresarlo.
Esa realidad no para y nuestro futuro debe apoyarse en el recuerdo, pero también en el espíritu de esperanza que encarnáis los que estáis aquí presentes y otros muchos que no han podido estar,
que habéis dado muestras de valor, generosidad, entrega, vocación, talento, conocimiento y disposición para aportar lo que ha estado en vuestra mano para que nuestro pueblo haya podido sortear la pandemia con relativa fortuna hasta ahora.
Cuando pasen los años, podréis decir con orgullo, que pusísteis vuestro granito de arena para que así fuera.
Cuando pasen los años, os recordaremos con emoción y agradecimiento, porque de vosotros dependieron tantas cosas esenciales durante el confinamiento y tantas cosas hicísteis bien, que queremos decíroslo así, con este sobrio homenaje colectivo.
El Ayuntamiento de Sotillo se siente orgulloso de todos vosotros.
Hemos estado muy cerca. Hemos sufrido con vosotros, hemos buscado soluciones cuando parecía que no las había, hemos trabajado en equipo y sabemos muy bien lo que han sido estos meses y lo que seguís haciendo cada día.
Nos sentimos orgullosos de que entre todos hayamos dado una lección de gran valor a la sociedad.
Orgullosos
De un equipo sanitario del Centro de Salud que ha sido capaz de atendernos y de curarnos con los medios disponibles y que ha sido un ejemplo de buenas prácticas sanitarias, puesto que ni uno sólo de los 25 profesionales sanitarios de la ZBS se han contagiado en estos meses, algo único a nivel nacional.
De unas fuerzas de seguridad que tuvísteis la difícil tarea de hacer cumplir el primer estado de alarma de nuestra democracia.
De unos empleados municipales que han sido ejemplo de entrega y dedicación durante la pandemia y han mantenido en pie los servicios públicos esenciales. Me siento especialmente orgulloso de aquellos a los que no siempre se ve o se reconoce públicamente: mantenimiento, limpieza, instalaciones, etc
De un cuerpo de bomberos voluntarios/protección civil que habéis sido auténticos ángeles de la guarda.
De las entidades sin ánimo de lucro, como Cruz Roja, Cáritas o Banco de Alimentos que han demostrado eficacia en la atención social.
De servicios vinculados a la atención sanitaria como técnicos de transporte sanitario, farmacias.
De unos centros educativos que afrontaron la difícil tarea de seguir educando a nuestros hijos en unas circunstancias inéditas y complejas.
De todas las personas, empresas, asociaciones y entidades que habéis hecho donaciones económicas, de material de protección, de alimentos
De todas las personas que habéis colaborado como voluntarias confeccionando mascarillas, batas y todo lo que se os ha pedido en unos momentos en los que una mascarilla valía más que un barril de petróleo. Parece que ha pasado mucho tiempo, pero en esos días vuestra labor fue titánica.
Orgullosos de todas las empresas, comercios y profesionales que no dejásteis de trabajar un sólo día durante los momentos más duros, permitiendo que las familias pudieran seguir abasteciéndose para vivir.
Orgullosos de todos los empresarios y trabajadores de actividades y establecimientos que debieron permanecer cerrados forzosamente y afrontar momentos de gran dificultad, así como actividades que sin estar obligadas a cesar su actividad, padecieron la parálisis de la dinámica social.
Orgullosos de todos los trabajadores y responsables directivos de las residencias de ancianos de Sotillo, que en circunstancias muy difíciles han seguido adelante.
Nos sentimos orgullosos y queremos daros las gracias.
También como Alcalde, quiero decir que me siento profundamente orgulloso de mi equipo de concejales, de su trabajo, de su ánimo, de su fuerza y de su entrega por Sotillo.
Orgulloso de los concejales de otras fuerzas políticas, cuya lealtad y colaboración ha sido ejemplar.
La unidad es un ingrediente imprescindible ante momentos de emergencia general y aquí, la ha habido y eso se ha trasladado a la sociedad.
Lo que hemos vivido en el Ayuntamiento de puertas adentro, creo que ha creado vínculos que perdurarán siempre y nos harán mejores personas.
Nadie podíamos imaginar cuando escuchábamos y veíamos las primeras noticias procedentes de Wuhan que meses después estaríamos conviviendo con el miedo y la enfermedad en la puerta de nuestras casas, que no podríamos velar a nuestros muertos, que no podríamos acompañar a nuestros familiares enfermos, que íbamos a transitar por el primer estado de alarma en un siglo con nuestras libertades limitadas, nuestras calles vacías y que nuestra economía iba a estar tambaleándose.
No sólo aquí, en España, sino en todo el mundo.
No podíamos imaginar que aquello que considerábamos bases inamovibles de nuestra sociedad, como la globalización, la movilidad, la deslocalización o la sensación de aparente libertad individual y de dominio absoluto de la vida se iban a desmoronar dejando paso a nuestra verdadera realidad: somos frágiles y efímeros como una gota de agua en un cristal y ante esa realidad, todo lo demás se vuelve accesorio.
Hemos vivido y estamos viviendo la crisis no sólo sanitaria,
no sólo económica,
sino de civilización, más importante desde la II Guerra Mundial:
es la más amplia y generalizada desde un punto de vista geográfico, la más dura desde un punto de vista económico y probablemente, la que tendrá efectos más radicales y duraderos en el tiempo en cuanto a las dinámicas y comportamientos sociales, políticos, comerciales y geoestratégicos.
Probablemente el Covid no sea su causa primigénea, pero sí es su acelerante e ingrediente definitivo.
La vamos a superar. No me cabe ninguna duda. En términos sanitarios y en términos económicos. No sin dificultades, pero la vamos a superar en un tiempo no demasiado largo.
Lo que nadie vivo entre 0 y 100 años va a dejar atrás mientras viva serán la desconfianza y la duda, que se han sentado en nuestra mesa y tardarán en levantarse.
Lo que no deben dejar atrás es la sensación de que hay cosas que conviene priorizar frente a otras que habíamos convertido en imprescindibles.
Esa debe ser la lección que todos debemos aprender: lo más importante, por ser lo más valioso y único, es la vida de las personas.
Honor y memoria a quienes se fueron.
Honor y memoria a quienes lucháis para que nos vayamos los menos posibles.
Honor y memoria a quienes habéis sido un ejemplo.
Honor y memoria a este Sotillo que formamos entre todos.
Muchas gracias.
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