Estamos viviendo la crisis económica más grave desde la recesión de 1929. La COVID 19, un fenómeno previsto desde hace años por los científicos, ha precipitado una crisis ya en los gustos, resaltando la insostenibilidad social, económica y ecológica del capitalismo. Debemos prepararnos para afrontarla. Los principales organismos pronostican que el crecimiento de 2021 no compensará la caída de 2020 y el desempleo puede llegar al 18% este año y al 20% en 2021, y no empezará a descender hasta 2022. Es probable que esa buena parte de quienes siguen en ERTEs pasen un engrosar las fi- las del paro, mientras que muchos han quedado fuera de las estadísticas al desistir de buscar empleo. El propio Gobierno solo espera crear 800.000 empleos hasta 2023, con lo que está reconociendo que el paro no bajará de los 3 millones.
Los factores que alimentan la crisis
Estamos sufriendo una crisis de sobreproducción, propia del capitalismo, agravada por la pandemia: desde la industria al turismo, pasando por la agricultura. La reacción del sistema es destruir parte de las fuerzas productivas, lo que conlleva la pérdida de empleo, y una mayor concentración de capital. Los ERTEs han ralentizado y suavizado el proceso, pero no pueden evitarlo. Y, además, se suman los cambios profundos en los medios de producción, que la crisis está acelerando.
(de la enmienda 130 al documento político de la XII asamblea federal de IU)
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