El churrero
En un humilde pueblo
desarrolas una gran labor,
un oficio de antaño
y que tiene toda mi admiración.
Ya llega la madrugada
él como siempre está,
calentando aquél aceite
con el que nos dará de desayunar.
Y que bien huele al acercarnos
como me recuerda a mi pueblo,
cuando llegábamos por la mañana
y los teníamos recién hechos.
Con la masa recién elaborada
el churrero empieza a dibujar,
como si se tratará de un juego
forma a las porras da.
Y bien caliente tiene el aceite
para que se puedan dorar,
ten cuidado querido Francisco
no se te vayan a quemar.
Como cada mañana
nos sueles deleitar,
con esas canciones emblemáticas
las que sueles tararear.
Que rico olor a chocolate
quiero probarlo una vez más,
antes de seguir mi camino
el que me lleva a la ciudad.
Sirveme también unas porras
que las quiero saborear,
damelas recién hechas
que hambre tengo ya.
Mi querido churrero
nunca dejes de amasar,
estos ricos manjares
que nos encanta degustar.
Como bien dicen mis poemas
que gran magia tiene este lugar,
querido Francisco nunca dejes
de alegrarnos nuestro despertar.
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