Buenos días a todos. Admirado y querido doctor D. Pedro Sánchez García, premio de las Ciencias ‘Arturo Duperier’; vicepresidentes de la Diputación Provincial, portavoces de los grupos políticos, diputados, director y subdirectores de la Institución Gran Duque de Alba, trabajadores de la Diputación, familiares de Arturo Duperier y de Pedro Sánchez, medios de comunicación, señoras y señores.
Cualquier largo camino empieza con un primer paso. Seguramente habrán escuchado esta afirmación muchas veces. En la trayectoria de los premios culturales de la Diputación de Ávila tenemos la esperanza y el compromiso de que ese camino sea largo y, sobre todo, fructífero, pero hemos de reconocer, y de disfrutar, por qué no decirlo, de ese primer paso que aún estamos dando.
Hoy, señoras y señores, en este acto solemne hemos entregado al doctor D. Pedro Sánchez García el premio de las Ciencias que lleva el nombre del físico abulense más importante de todos los tiempos, Arturo Duperier.
Seguimos caminando para cumplir el primer ciclo de estos premios que el año pasado comenzó con la entrega del galardón de las Artes al pintor Antonio López y que concluirá el año que viene con el de las Letras.
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Este patio renacentista, joya de la arquitectura civil abulense del siglo XVI, se llena de ciencia esta mañana. En la figura de D. Pedro Sánchez, pero también en la de los ilustres médicos, científicos, investigadores, colaboradores, compañeros y colegas, en definitiva, de este verdadero gigante de la Farmacología Clínica española e internacional.
Y tenemos el honor de pronunciar estas palabras en representación de la Corporación Provincial, de los 248 municipios abulenses y de quienes, en definitiva, habitan esta provincia cargada de historia y de cultura, diversa y hospitalaria, leal y laboriosa. Una provincia que es la tierra natal de Pedro Sánchez, que vino al mundo hace 92 años, que dio el primer paso de su largo camino vital en La Retuerta, El Trigal de Aravalle, Umbrías.
Como presidente de la Diputación Provincial, como representante institucional de una provincia de la España que sufre problemas de despoblación, este es para mí un hecho muy relevante. Desde ese pequeño pueblo de la comarca de Piedrahíta-Barco nuestro premiado ha llegado al mundo entero gracias a su inquietud, su tesón, su inteligencia y su esfuerzo.
Querido Pedro Sánchez, si me lo permite, es usted la prueba de que son las personas las que tienen y deben tener oportunidades, y es la política la que debe crear las condiciones para que cualquier persona, nazca en el lugar que nazca y provenga de la familia que provenga, pueda optar a alcanzar sus sueños.
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Europa y América han sido escenarios de su carrera médica, repleta de reconocimientos y de satisfacciones. Su vida, larga y provechosa, trufada de experiencias, de logros y de anécdotas enriquecedoras, es ejemplo para todos los que hoy estamos aquí y debe ser inspiración para las generaciones venideras.
Para algunos de los aquí presentes, la ciencia es un campo del saber humano que nos queda a cierta distancia, pero eso no impide que seamos capaces de valorar plenamente la labor de quienes se dedican a mejorar la vida de la Humanidad a través de ella.
Y esto podemos decirlo muy alto y muy claro en estos tiempos finales de una pandemia que durante más de dos años ha mantenido en vilo al mundo y que ha trastocado valores, principios, costumbres y experiencias de una manera radical y profunda. Si hoy estamos aquí, sin mascarillas, saludándonos con la efusividad que marca nuestra manera de ser y compartiendo un acto agradable y cercano, es gracias a la ciencia.
Es la ciencia, queridos amigos, con su método y sus tiempos, la que nos ha devuelto la vida, la esperanza y la confianza en el futuro, a pesar de que otras circunstancias de la actualidad inviten a pensar lo contrario. Por eso me emociona personalmente entregar un premio científico a uno de los hombres de ciencia más importantes de España.
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Es un acto distinto al del año pasado, que aún estuvo condicionado por restricciones y circunstancias derivadas de la situación sanitaria. Es una ceremonia que tenemos que agradecer a las áreas de Cultura, de Presidencia y de Comunicación, y a la Institución Gran Duque de Alba.
Una ceremonia revestida de la solemnidad y de la relevancia que los premios tienen para todos los que formamos parte de esta casa y de nuestro interés por situar a Ávila en el primer plano cultural de Castilla y León y de España.
Gracias, querido Pedro Sánchez, por hacerla posible aceptando este premio y acudiendo esta mañana al Torreón de los Guzmanes a recogerlo. Su presencia nos honra profundamente y su humanismo y su vitalidad nos conmueven. La fuerza y la lucidez de sus palabras, desde esa atalaya desde la que contempla la vida, que va camino de los 93 años, es también una demostración de que la felicidad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en amar lo que se hace.
Como abulense que es nacido en nuestro medio rural, esta Diputación siempre ha sido, es y será su casa. Desde hoy, además, tiene la llave en forma de reconocimiento y admiración sinceros.
Deseamos que pueda sumar muchos años más a su larga vida, que mantenga su curiosidad eterna como cuando su padre le instruía de niño en La Retuerta, y que siga llevando Ávila, su provincia, su tierra y su ‘puebluco’ en el corazón y en los labios.
Y que siga siendo ejemplo de ciencia, que, como dijo el gran escritor Julio Verne, se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad.
Enhorabuena, una vez más, querido Pedro. Muchas gracias, señoras y señores.
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