La ganadería industrial está devorando el planeta, y las macrogranjas son la cara más cruel y sucia de este negocio.
Su modelo de producción se basa en una sencilla premisa: alimentar y utilizar a los animales lo más rápidamente posible y bajo cualquier condición para maximizar los beneficios. Y en España lo hacemos con una eficacia siniestra: el número de vacas se ha duplicado y el de cerdos se ha multiplicado por 5 en nuestro país desde los años 60. Y estamos hablando de millones de animales.
La presión popular ha conseguido lo que parecía imposible: ¡frenar el proyecto de macrogranja de Noviercas, que habría sido la más grande de Europa, y poner un límite al tamaño de las granjas de ganado vacuno! Pero esto no es suficiente. Las macrogranjas siguen poniendo en peligro nuestros pueblos y destruyendo nuestro medioambiente, y sus explotaciones siguen expandiéndose por nuestro país.
Las consecuencias son terribles: contaminación de aguas, emisiones de efecto invernadero, uso de enormes extensiones de tierras, deforestación para pastos y para cultivo de alimento para ganado, daños a la salud y abusos a los animales. Además, son una falsa solución contra el despoblamiento rural.
No queremos este modelo que pone en riesgo al planeta, a las personas y a los animales. Firma para que:
- igual que ha ocurrido con la paralización de la macrogranja de Noviercas, no se permita la ampliación de la de Caparroso ni cualquier otro nuevo proyecto de macrogranjas o ampliación de los existentes
- se reduzca el número de animales en intensivo
- se promueva una transición justa para las macrogranjas que se encuentran operativas
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