Quizá sea atrevido
por pedirte hoy al fin,
aquel baile que siempre quise
junto a ti compartir.
Algo que en sueños
siempre estuvo en mi,
los dos juntos bailábamos
bajo la luna de abril.
En esa noche de primavera
que siempre soñe,
no bailaba con cualquiera
sino con la más bella mujer.
Aún recuerdo cómo ellas suspiraban
porque la luna brillaba,
hermosa y radiante
en la eterna noche soñada.
Ahora de nuevo
me marcho a dormir,
recuerda que siempre
serás mi noche de abril.
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