domingo, 23 de octubre de 2022

#OPINIÓN - PRAGMATISMO, POR ÓSCAR CEREZAL




 Diferencias -y muchas- hay entre unos modelos político-electorales y otros en los paises europeos. Pero no muy diferentes son los cambios de comportamiento que se han generado en las sociedades aunque las consecuencias hayan sido contenidas en algunos casos precisamente por los muros electorales.

Las nuevas generaciones -y cada vez más las antiguas– no forman parte de bloques estancos ideológicos o llevan tatuados toda la vida el sello de un partido político. Lo que antes era un sector minoritario aunque influyente, que llamaban el centro sociológico, capaz de saltar de un lado a otro modificando mayorías, ahora es un ejercito de ciudadanos cada vez más numeroso que vota –o castiga– saliéndose de sus espacios habituales por diversas razones: pragmatismo ideológico o ausencia de ideología, coyuntura personal y vital o simplemente por inercia instigada por diversos valores que ya no se encasillan en fórmulas cerradas sino en cosas más cotidianas.

Lo vemos en España, donde el bipartidismo saltó por los aires permitiendo la entrada de nuevos actores políticos en las instituciones –porque el sistema electoral lo permite– y que ahora se está corrigiendo no solo por la debilidad de esos nuevos actores sino porque a estos se suma un corrimiento no menor de votantes de un lado del espectro al otro. En Inglaterra se ve también ese movimiento de votantes que hacen que el desastre tory anuncie una mayoría aplastante parlamentaria laborista por la fuga masiva de votantes conservadores hacía el partido de izquierdas – al modo inglés-. Votantes que hace meses ya le dieron la mayoría a la derecha en los feudos «rojos». Y eso pasa porque el sistema electoral británico no favorece la entrada de nuevos partidos, pero sí muestra, como en España, Italia, Francia, Alemania… que los nuevos tiempos son más complejos y los votantes más volátiles porque salvo en sectores muy polarizados y ruidosos de la sociedad -y los medios- la mayoría que decide se mueve en parámetros más pragmáticos o menos ideologizados. Y sobre todo con una escasa pasión por las siglas a la hora de decidir su papeleta. De ahí que las encuestas que hoy dicen una cosas pueden parecerse poco a lo que pasará en las próximas elecciones.

¿Se acuerdan de cuando la mayoría de las encuestas de forma aplastante reclamaban una gran coalición para afrontar la crisis inmobiliaria del 2008-2011? Pues esa misma sociedad le dió la mayoría al PP a la vez que aplaudió el 15 M que venía a romper el régimen del 78 y abrió la puerta electoral a Podemos, Ciudadanos y después Vox. Pues eso… prudencia y no olviden que las malas –o buenas– decisiones en estos tiempos tienen consecuencias electorales a muy corto plazo.


https://lamiradadisidente.es/50179-2/

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