Antes de la pandemia ya sabíamos que nuestras ciudades no eran muy sostenibles ni estaban hechas al 100% para las personas: la ciudad nos obligaba a hacer recorridos kilométricos para llevar a los niños al colegio y luego al trabajo y vuelta a empezar (y con pocas facilidades para hacerlo sin coche) o si querías comprar productos sostenibles tenías que hacer una ruta de punta a punta de la ciudad para poder conseguirlo todo. No se podía caminar por mucha aceras de lo pequeñas que son o teníamos que caminar mucho para llegar hasta un parque decente, con árboles y sin carreteras cerca,... La realidad es que nos faltaba tiempo para muchísimas cosas, que al final restamos de nuestro propio bienestar y calidad de vida.
Una podría pensar que después de la primera ola de la pandemia las cosas estarían cambiando: que tendríamos más servicios públicos y más a mano, que los alcaldes y alcaldesas habrían ampliado el espacio común y verde para poder movernos por la ciudad de forma segura, que se aumentarían los puntos de venta de productos de cercanía y ecológicos para acceder a una alimentación sostenible y de calidad, etc. Pero no ha pasado nada de eso: seguimos como antes pero, además, en medio de una segunda ola de la pandemia.
Los cambios han sido muy pocos y estamos ya cansadas de esperar.
Yo quiero vivir en una ciudad que pueda disfrutar, donde pueda acceder fácilmente a alimentos ecológicos, energía limpia, espacio público y verde de calidad, entre otros elementos; y no solo “vivir” en una ciudad por la que pueda pasar de mi casa al trabajo y vuelta (y ahora con el teletrabajo ya ni eso).
¿Y tú, no estás cansada de las ciudades grises sin vida?
Con motivo del Día Mundial de las Ciudades, hoy exigimos el cambio: un cambio transversal que haga nuestras ciudades más amables, más sostenibles, y más resilientes ante amenazas sanitarias y climáticas.
https://es.greenpeace.org/es/noticias/diadelasciudades-actividad/
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