GREENPEACE
Te contamos qué es, para qué sirve y cómo funcionaría nuestra propuesta para implantar un abono único de transporte que puede transformar la movilidad de España y ayudar a reducir las emisiones del transporte. Lo hemos llamado T-lleva.
Imagina un abono transporte, pero a lo bestia y mejor: pues eso sería T-lleva, un abono único de transporte que permitiría usar todo el transporte público del territorio. Y no sirve solo para ir al trabajo o a estudiar dentro de tu ciudad o región, sino para moverte por todo el país, incluso cruzar fronteras, a buen precio y conectando todas las redes de transporte urbano e interurbano. Y todo, además, con un objetivo medioambiental y social, reducir las emisiones del transporte y satisfacer las necesidades de movilidad de todas las personas. Adiós al coche, adiós gastos excesivos y adiós al avión.
Spoiler: ya existe
Antes de que el cinismo o el pesimismo te derroten, tenemos buenas noticias: este billete climático ya existe. Así que si querías dejar tu comentario triste pensando que “algo tan bueno es imposible”, te lo puedes ahorrar. El abono único de transporte (o versiones parecidas) ya es una realidad en algunos países de Europa.
El ejemplo de Austria y su Klimaticket es uno de los más interesantes: te permite moverte por todo el país combinando todos los medios de transporte público y además, ahora tiene descuentos y ha rebajado su precio, haciéndolo mucho más asequible y competitivo. Alemania también acaba de sacar su propuesta de billete único o climate ticket, como respuesta al éxito que tuvo el billete único de 9 euros que implantó este verano. ¡Y hay más! Hungría también se acaba de unir a este movimiento y en España tenemos descuentos y bonificaciones en el transporte público desde el pasado verano. No está mal, es el camino, pero queremos más. Se trata de ir más allá e implantar un único abono de transporte para todo el territorio y para todos los modos de transporte público. Consistiría en una tarifa plana para el transporte que permitiría usar todos los servicios disponibles, se incluyen los desplazamientos en autobús, tren, tranvía y cualquier otro medio de transporte público para hacer desplazamientos urbanos e interurbanos. Es decir, todo el transporte público con un solo billete.
«Se trata de ir más allá e implantar un único abono de transporte para todo el territorio y para todos los modos de transporte público urbanos e interurbanos. Una tarifa plana para autobús, tren, tranvía, etc.»
Un billete para dominarlos a todos
Además, desde Greenpeace queremos que, una vez que tengamos nuestro abono único de transporte, al que aquí hemos llamado T-lleva, este modelo sea transfronterizo, y la UE es el marco perfecto para que las administraciones empiecen a colaborar para hacerlo posible. Un abono único para toda la UE facilitaría los desplazamientos por la UE sin necesidad de volar o conducir. En definitiva, sería un abono asequible válido para todos los medios de transporte público. También sería justo e inclusivo, para que los grupos desfavorecidos pudieran acceder a él. Por supuesto, los países de la UE tendrían que debatir y acordar las características específicas de ese abono.
Uy, pero esto tiene que ser carísimo
Una de las preocupaciones habituales (y previsible crítica cuñada a partir de ahora), es que un abono transporte así de estupendo necesita una buena financiación. ¡Por supuesto! Se trata de que sea asequible, un bien común, un derecho incluso, no se trata de que sea rentable para unos pocos, ‘T-lleva’ se podría financiar a corto plazo con los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles y a largo plazo, con la eliminación gradual de las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente y un sistema tributario justo, basado en las emisiones de CO2. Para que te hagas una idea, la ayuda de los 20 céntimos al litro de combustible costó casi 5.000 millones de euros a las arcas públicas, pero acabó beneficiando desmesuradamente a las rentas más altas, que usan más el vehículo privado; por no hablar del disparate que es luchar contra la crisis climática y a la vez subvencionar a las empresas que la provocan.
«La previsible crítica cuñada es que un abono transporte así de estupendo necesita financiación. ¡Por supuesto! Se trata de que sea asequible, un bien común, un derecho incluso, no se trata de que sea rentable para unos pocos»
Frente a esto, por ejemplo, se podría implantar al fin un impuesto al queroseno: ¿te parece que pagas muchos impuestos en la gasolinera? ¡Pues Iberia y Ryanair no pagan NADA! Su combustible no paga impuestos, pero es una de las fuentes de gases de efecto invernadero más dañinas del planeta. Y otro detallito: ¿qué tal si los billetes de avión internacionales empezarán a cobrar también el IVA? Un sistema fiscal justo basado en las emisiones de CO2 sería la mejor forma de conseguir recursos para el billete climático. Así que sí, compi de trayecto, es perfectamente viable financiarlo.
Sabemos que no es la única solución, pero este abono único de transporte es una solución efectiva de aplicar por parte de las administraciones. La simplicidad de la oferta fomentará el uso del transporte público y ayudará a avanzar en la buena dirección. El objetivo es conseguir un cambio modal del vehículo privado al transporte público para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones y este es uno de los caminos para conseguirlo.
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